strike a pouse (2003)


La puesta en escena más espectacular que se ha realizado se desarrolló con este play back purista lleno de escenografía, cuidada iluminación y efectos visuales en el que el peso interpretativo caía en Gemma Marín, que pese su juventud interpretó una segura, sensual, atractiva y chulesca Madonna como en el escenario de la Sala Canal nunca se ha visto.

El grupo hizo un gran esfuerzo coreográfico y aunque la música no era muy espectacular se consiguio un trabajo un tanto gótico, post-moderno que nos distanciaba del número anterior y demostraba la capacidad de registros que podiamos trabajar.

Pese a todo un cuarto premio en el concurso de Junta Central Fallera, tras una politizada final, no nos quitó las ganas de continuar.